Cambia tu actitud ante la dieta
“Antes de empezar una dieta es importante fijarse en los aspectos positivos que se van a conseguir y prestar menos atención a los alimentos que no se podrán comer en un tiempo. Hay que resaltar las cosas buenas que este cambio de alimentación aportará a nuestra vida: conseguiremos adelgazar, mejorará nuestra autoestima, nos sentiremos más ágiles, nos sentará mejor la ropa, etc. Piensa en ello a diario. Te motivará”, recomiendan.
Objetivos alcanzables y realistas
“Es mucho más gratificante marcarse un pequeño objetivo y comprobar que lo hemos conseguido que fijar una meta a largo plazo y no obtener ninguna retroalimentación hasta el final. Esta forma de enfrentarte a la dieta te ayudará a confiar más en ti y a conseguir mejores resultados”, afirman.
Llevar un cuaderno de logros
“Te ayudará a conocer tus puntos fuertes y débiles y así te comprometerás más con tu tratamiento. Escribe a diario”, aconsejan.
Hacer cinco comidas al día
“Márcate unos horarios estables de comidas, cada 3 horas, e intenta cumplirlos de lunes a domingo. Sentirás que llevas una vida más ordenada, te anticiparás al hambre y, por lo tanto, tendrás menos ansiedad”, precisan.
Comer despacio: un hábito necesario
“Intenta comer de una forma consciente, teniendo presente lo que estás haciendo. Mastica y saborea cada alimento. Olvídate de las prisas. Si comes despacio, necesitarás menos cantidad de alimento. Además, estarás aprendiendo a concederte un tiempo a ti mismo que te ayudará a reducir el estrés”, indican.
Cambiar las recetas de siempre
“No comas siempre lo mismo. Busca recetas nuevas que te motiven y te ayuden a disfrutar más con la comida. Comparte esas recetas con amigos y familiares, te gustará ver que a los demás también les agrada la comida saludable. Disfruta cocinando”, expresan.
No te obsesiones con el peso
Los especialistas de la Unidad de Tratamiento Endoscópico de la Obesidad del Hospital Universitario Sanchinarro recomiendan pesarse una vez a la semana, siempre el mismo día y a la misma hora.
En este sentido, subrayan que el peso hay que vigilarlo toda la vida, no sólo cuando se está haciendo una dieta. Asimismo, recuerdan que los extremos no suelen ser buenos, es decir, no hay que pesarse todos los días pero tampoco olvidarse del peso.
Hacer ejercicio de forma regular
“Busca un deporte que te guste, que te resulte fácil incluir en tu vida cotidiana y, si es en compañía, mejor. Márcate de nuevo pequeñas metas, alcanzables. Empieza con poco y ve aumentando a medida que te vayas haciendo con la rutina. No te sobrecargues, pues abandonarás pronto si te supone un sobreesfuerzo”, manifiestan.
divertirse también es algo bueno
“Cuida tu tiempo libre, haz actividades que te resulten placenteras y que te ayuden a evadirte de los problemas. Cuando uno está feliz segrega endorfinas, que son las ‘hormonas del bienestar’. El deporte o las aficiones te ayudarán a segregar endorfinas. Si tu vida está llena de cosas agradables, no necesitarás estar llenando tu estómago a todas horas”, puntualizan.
Tolera la frustración y el fracaso
“No te rindas ante el menor fracaso en la dieta. No necesitas hacerlo de manera perfecta, lo que necesitas es mantenerlo en el tiempo. Permítete algún fallo y aprende a resolverlo retomando tu dieta cuanto antes”, destacan los expertos .
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