Aunque todos sabemos lo que debemos comer para mantenernos en el peso y no engordar, somos muy pocos los que cumplimos con las pautas que médicos y nutricionistas nos aconsejan para tal fin. Manuela Verdejo, de la clínica Dalystetic (Cea Bermúdez, 35) hace un repaso por las reglas de oro que llegado el verano, es recomendable adquirir para evitar el efecto rebote y también, cuidar nuestra salud a través de la alimentación, a modo de prevención de enfermedades.
A lo largo de la historia, los pueblos de la cuenca del Mediterráneo han dedicado la mayor parte de su esfuerzo y sabiduría a perfeccionar el arte de vivir. Desde el antiguo Egipto y la Grecia Clásica hasta nuestros días, las distintas culturas y civilizaciones mediterráneas han aportado a esta filosofía lo mejor de su pensamiento, su arte y su gastronomía. Recogiendo las ideas ancestrales de la filosofía oriental, que presta atención a la bioenergía o campo energético de los alimentos, es más sano comer alimentos de la región y de la estación siempre que esto sea posible. Podríamos decir, que incluso es de sentido común.
Por otro lado, la dieta tiene un papel fundamental como factor a tener en cuenta en la prevención de enfermedades. Partiendo de estas premisas, en Dalystetic recomiendan seguir hábitos de vida saludable para afrontar el verano en armonía y con salud, y así disfrutar de un entorno que nos llena estos meses de vitalidad y energía para después afrontar mejor la temporada de otoño e invierno.
Desde la clínica médico-estética Dalystetic, también enfocada en el campo de la nutrición, Manuela Verdejo nos sugiere seis pilares básicos que deberíamos seguir para mantener el peso y al mismo tiempo, cuidar de nuestra salud a modo de prevención.
Seis reglas, seis prioridades
1. Obtención de energía. Esto se consigue principalmente, consumiendo en abundancia gran número de vegetales, frutas, verduras, hortalizas, legumbres y frutos secos, estos últimos indispensables para ello, además de por su alto contenido en fibra. Por ejemplo, podemos añadir piñones o nueces a nuestras ensaladas así como semillas (de amapola, amaranto, lino dorado o sésamo). En cuántos a la fruta y vegetales, Dalystetic recomienda consumir cinco raciones al día de cada, a ser posible crudas y con su piel, aunque para no caer en la rutina, bien puede servir en ocasiones la preparación de licuados o smoothies a los que añadir raíz de jengibre, cúrcuma u otros según el gusto.
2. Al rico cereal. Ojo, sobre todo integrales, evitando los industrializados, los productos refinados, la pasta y el pan blanco… para cambiarlos por la quinoa, el mijo, el arroz rojo salvaje, el bulgur, la espelta, el teff o la kasha (trigo sarraceno). Estos nos aportan fibra e hidratos de carbono completos, los cuales debemos consumir a diario. Para el desayuno, no está de más optar por el salvado de trigo o avena, excelente para ayudar a bajar los índices elevados de colesterol en sangre.
3. La importancia del oro líquido. Fuente imprescindible de grasas saludables y Omega-3, es fundamental en nuestra alimentación un buen aceite de oliva virgen extra (AOVE) en botella de cristal y prensado en frío, para la elaboración y aderezo de toda clase de platos.
4. Mucha proteína. Otro componente necesario para nuestro organismo, que nos ayudará a reparar y crear músculo entre muchas otras funciones es la proteína. Siempre y cuando podamos, debemos obtenerla de carnes blancas y magras como el pavo o el pollo, y limitar el habitual exceso de carnes rojas. También es aconsejable aumentar las piezas de pescado a la semana, en especial el azul (salmón, anchoas, trucha, sardinas…) por su demostrada capacidad para evitar problemas cardiovasculares. Los huevos, que durante muchos años han sido denostados, son siempre bienvenidos como la compra moderada de lácteos, procurando escoger los descremados y en caso de intolerancia a la lactosa, cambiar la leche por bebidas vegetales de almendra, avena, arroz o soja, y el queso por tofu. En cualquier caso, para la regeneración de la flora intestinal y el buen funcionamiento del sistema inmune, no deben faltar tampoco los fermentados como el kéfir, en especial el de agua o leche de cabra, que poblaran nuestro organismo de bacterias sumamente
5. Adiós a la fast food. Aunque una hamburguesa, una pizza o un perrito caliente son siempre una tentación a la que es difícil renunciar, en realidad podemos comerla pero no en cantidad, siempre y cuando la hagamos en casa y con productos frescos y de temporada que realcen el sabor, aroma, color y textura, evitando lógicamente, aquellas que solemos pedir por teléfono bien por pereza o falta de tiempo. También deben desterrarse los fritos y los productos refinados como el azúcar blanco, que se puede sustituir por stevia, miel, panela o sirope de agave, si bien ya lo obtenemos de la fructosa que contienen las frutas que tomamos a diario.
6. El agua, fuente de la vida. Absolutamente necesaria, es el auténtico motor del cuerpo humano. La recomendación de 2L de agua, o lo que serían 8 vasos, es aproximada y cada persona debe beber cuando sienta la necesidad, pero intentando acercarnos a esa medida. El vino, siempre con moderación y en las comidas.
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